al tocarme el rostro cobraron vida;

por descubierto quedó... la maldita llaga de amor
que dejaste encendida.
Tus manos, ¡oh!, tan profundas y salvadoras
ellas, ¡!, tan torturadoras…!!!
Tus besos impíos
Fuente de demencia…
instalada desde tu venir,
y ahora por tu ir,
por el riel de la desdicha.
Tu piel, suave y escarlata
desgracia de mi paz,
luz,
de mis desahogos.
Mis manos: ¡malditas!
Mis manos: ¡benditas!
sosiego trajeron
Por haberte amado…
Por haberte matado…!!!